Los vinilos estampados son ideales para renovar alacenas, bajomesadas, mesas, cómodas, cajoneras y muchas superficies más! También podes utilizarlos sobre paredes para destacar algún sector o simplemente para proteger la superficie de manchas y rayones.
Si necesitás una medida específica consultanos y lo hacemos personalizado.
Recomendaciones
Si vas a colocar el vinilo en superficies que están expuestas a un uso o limpieza intensiva como pisos, mesas, detrás de la cocina o bacha; te recomendamos comprarlo con la opción laminado mate de alto tránsito para mayor resistencia y durabilidad. De esta forma, el vinilo queda protegido y podes limpiarlo las veces que quieras sin que sus colores pierdan intensidad con el tiempo.
¿Es fácil colocar un vinilo liso?
Antes de colocar los vinilos asegurate que la superficie esté bien limpia. Si la superficie donde vas a colocar los vinilos es impermeable, podés pegarlos en seco o con agua (si la superficie no es impermeable se colocan únicamente en seco).
En seco: simplemente despegalos y colocalos donde más te guste. Repasalos con un paño o espátula para eliminar las burbujas o imperfecciones.
Con agua: En un pulverizador mezclá agua con 3 gotitas de detergente y rociá tanto la superficie como la zona adhesiva del vinilo. Es importante cubrir con bastante agua toda la superficie para que el vinilo pierda momentáneamente el efecto autoadhesivo. Colocá el vinilo y si quedó arrugado o torcido podes despegarlo suavemente y volver a colocarlo. El uso del agua permite levantar o mover el vinilo hasta que quede en la posición correcta. Repasalo con una espátula para retirar el agua y una vez que el vinilo esté completamente seco, quedará adherido por completo.
Si bien la idea es que te animes a hacerlo solo, también ofrecemos el servicio de colocación a domicilio en La Plata, Capital Federal y alrededores.
¿Cuanto tiempo dura?
En interiores la durabilidad es ilimitada y en exteriores el material tiene una garantía de 5 a 7 años según el fabricante.
¿Como se quita?
Simplemente comenzá a despegarlo desde un extremo. Si está muy adherido, podés ayudarte aplicando calor con un secador de pelo.